Muchas veces, la mente tiende a ser perezosa de cierto modo, cada persona crea el mundo que desea vivir por medio de los diálogos internos, ya que estos terminan reflejándose en la realidad. La mente es astuta e hiperactiva, tiene un sistema para procesar la información, es fácilmente controlable.
Existen personas que viven atadas a la resistencia de hacer cambios en su vida, se resignan a vivir con limitaciones e infelices, esto se denomina conformismo puro, el cambio implica pasar de un estado de calma a momentos de movimiento y esfuerzo, eso es lo que muchos evitan, el crecimiento siempre estará vinculado a un sufrimiento y eso duele y asusta.Pero, si queremos progresar, debemos considerar los cambios en todas las etapas de nuestra vida.
Diversas emociones
El miedo es una emoción que actúa como el freno para avanzar y dar ese paso, y otras veces esta emoción va acompañada de la curiosidad, la cual actúa como un incentivo. Entonces, cuando la curiosidad es mayor existe la posibilidad de romper paradigmas y avanzar.
Si una persona vive resignada y anclada a la rutina, es probable que su vida esté llena de sufrimiento. Hay que controlar los pensamientos y conducirlos hacia la creación, lo positivo y todas las buenas acciones que nos acerquen a las metas.
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¿Por qué cuesta tanto enfrentar y hacer cambios en la vida?
Como ya se ha expuesto anteriormente, la mente juega un papel fundamental en todo este proceso, muchas veces el cuerpo quiere avanzar, pero la mente lo domina y lo hace retroceder, son muchos los pensamientos albergados en nuestro subconsciente, la idea es aquietar la mente e intentar un equilibrio para llevarla a una madurez, que esté abierta a las posibilidades de cambio, a un mundo vigoroso y con los pies sobre la tierra.
Existen dos aspectos que influyen en la mente y hacen que permanezca cerrada y atada a la resignación.
- La ley del mínimo esfuerzo: es un principio que expone que es menor el gasto para el sistema mantener y conservar los viejos esquemas que cambiarlos por nuevos. El cambio implica modificación de muchos factores o lo que la mente se niega a hacer, el mínimo esfuerzo para cambiarlos.
2. Las profecías: se trata de una expresión de autoengaño. Es decir, la mente está constantemente con un pensamiento y este pensamiento termina haciéndose realidad, se cumple de manera consciente y concluye en la frase “yo sabía que eso iba a pasar”, claro, si todo esto se debe a una programación que tienes en la mente.