Las dificultades de los talleres de patinetes ante las nuevas normativas que afectan a este medio de transporte sostenible

Las dificultades de los talleres de patinetes ante las nuevas normativas que afectan a este medio de transporte sostenible

Es innegable que la movilidad urbana ha cambiado drásticamente a lo largo de los últimos años. Basta con echar un vistazo a las grandes ciudades para darse cuenta de ello. Muchas personas se desplazan diariamente a su puesto de trabajo, a la universidad y a otros lugares con un medio sostenible como los patinetes eléctricos.

Este tipo de vehículo se ha convertido en toda una tendencia. Los ayuntamientos y el Gobierno son conscientes de ello, amén de otros organismos como la Dirección General de Tráfico. Es por este motivo que han decidido ponerse manos a la obra con una serie de normativas nuevas que están suponiendo un antes y un después.

Los cambios no solo afectan a los usuarios de los patinetes, sino también a los negocios que trabajan en este sector. Un claro ejemplo es el del taller de patinetes cuya actividad se ha visto afectada. ¿De qué manera? Más adelante averiguaremos las dificultades por las que pasan en la actualidad, pero antes toca profundizar en las novedades que se han producido y que precisamente provocan estos contratiempos.

Vetos, normativas y restricciones

En primer lugar, es destacable que los patinetes eléctricos ahora se consideran Vehículos de Movilidad Personal. La DGT ha lanzado una normativa a través de la que determina claramente las características que deben tener todos ellos.

Uno de los puntos más polémicos guarda relación con la presencia o no de un sillín. Para quienes se desplazan muchos kilómetros a diario, el hecho de poder ir sentados es fundamental. Sin embargo, deberán ir de pie si el modelo adquirido no implementa un sistema que se encargue de autoequilibrar, ya que en tal caso estará prohibido contar con ningún tipo de asiento.

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Por otra parte, a partir del lunes 22 de enero del año 2024, todos y cada uno de los patinetes eléctricos que se vendan deberán estar homologados. En caso contrario, la Dirección General de Tráfico considerará que está ante un Vehículo de Movilidad Personal que se está utilizando al margen de la legalidad, factor que daría pie a tener que lidiar con sanciones de considerable cuantía.

A su vez, es reseñable el veto reciente del transporte público. Día tras día eran numerosos los usuarios de metro que subían a los trenes con sus respectivos patinetes eléctricos. Sin embargo, tras un par de accidentes en Madrid y Cataluña en los que estallaron las baterías de dichos medios de transporte causando solo daños materiales -aunque muy aparatosos-, han acabado prohibiéndose.

Afectación de los talleres de patinetes

Como es de esperar, cambios tan importantes como los mencionados en anteriores líneas están pasando factura a los talleres de patinetes, generándoles una serie de dificultades que antes no existían o eran mucho menos acusadas.

Primeramente, es reseñable que a raíz de la última noticia que hemos sacado a colación, el miedo se ha apoderado de algunos usuarios. Esto es debido a que temen que la batería pueda explotar o incendiarse. Así pues, es habitual que ante situaciones completamente normales como el hecho de que la batería dure menos en invierno, los dueños de estos vehículos decidan llevarlos a un taller de patinetes creyendo que algo anómalo está sucediendo. Tras revisarlas, los expertos en la materia no detectan nada perjudicial.

Continuando con lo referente a las baterías, hay que decir que en algunos talleres están teniendo la dificultad de verse obligados a sustituir las baterías que superan el total de 100 VCC. De hecho, incluso han de remplazar los cargadores integrados cuya entrada es mayor a 240 VCA.

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En toda España hay unos cuantos patinetes eléctricos cuyas baterías no reúnen estos nuevos requisitos, por lo que solo hay tres opciones: circular con ellos arriesgándose a ser sancionado, adquirir una nueva unidad que sí esté homologada o llevarlo a un taller especializado para que se efectúen los oportunos cambios y siga siendo legal desplazarse.

Seguimos hablando de nuestro país para decir que, en su momento, se vendieron multitud de patinetes eléctricos que, a pesar de no implementar un sistema desarrollado para el autoequilibrado, sí contaban con un sillín. Así pues, en los talleres de patinetes están teniendo que desmontarlos. Con algunos es bastante sencillo, pero ¿qué sucede con los que están soldados a la estructura del modelo en cuestión?

La actividad en un taller de patinetes de una gran ciudad se ha multiplicado a raíz de estas novedades. De hecho, algunos clientes acuden a dichas instalaciones solamente con el objetivo de informarse, por ejemplo planteando la cuestión de qué sucedería si, en enero de 2027, circulan con un patinete que no cuenta con la correspondiente placa informativa que será obligatoria.

Todo parece indicar que las regulaciones irán a más con mayores restricciones, factor que derivará en que aumenten las dificultades no solo para los talleres de patinetes, sino también para el resto de negocios que operan en el sector de la movilidad sostenible.

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