La situación económica al alcanzar la edad de jubilación se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza para todos los trabajadores. El actual sistema de pensiones no está garantizado para aquellas personas que aún están en una edad laboral. A esta incertidumbre se añade esa clara incógnita acerca de si esas pensiones públicas (si no hay cambios en el futuro) mantendrán el poder adquisitivo como para poder disfrutar de una jubilación sin problemas económicos. Este panorama invita a los actuales trabajadores a abrirse un plan de pensiones, contratar otro tipo de inversiones con las que ahorrar un dinero con vistas a la jubilación o sencillamente a aplicar todo tipo de ideas que ayuden a tener una cierta solvencia económica.
Las diferencias entre los diferentes partidos políticos a la hora de regular el actual sistema de pensiones, está generando un clima de inestabilidad e incertidumbre en los actuales trabajadores, ya sean de organismos públicos o privados. La opinión de los expertos en materia de jubilación y economía tampoco contribuye a sofocar los ánimos, sino más bien a ratificar que el futuro, quizá, sea diferente al actual momento de jubilarse. De la misma forma, que surge la duda sobre el constante retraso en la edad de jubilación. ¿Habrá pensiones para todos? ¿Si hay pensiones serán como las actuales en términos económicos? Preguntas, por el momento, sin solución. En consecuencia, muchos trabajadores optan por ahorrar un dinero o hacer determinadas inversiones que acaben dando sus frutos a largo plazo.
Mientras se aclaran o se resuelve estas cuestiones, los trabajadores (y algunas empresas) han entendido que el ahorro privado es una solución, por lo cual se están emprendiendo diferentes campañas educativas para que las personas jóvenes comiencen a ahorrar un dinero. No es sencillo, porque los sueldos tampoco son boyantes, pero aunque sea una cantidad pequeña de dinero, ésta siempre será bienvenida de cara a un futuro lejano. Estamos hablando de ahorro con 50 o 60 años vista.
La apertura de un plan de pensiones (a título individual o a través de la empresa) es una alternativa, aunque desde el Gobierno se han reducido considerablemente las deducciones económicas. Obviando este cambio normativo en cuanto a las ventajas fiscales, el trabajador, con la contratación de este servicio, está destinando de forma mensual o anual una cantidad de dinero a su jubilación mediante la inversión financiera, la cual puede ser más o menos arriesgada.
Los planes de ahorro son otra alternativa, cuyo funcionamiento es similar a los planes de pensiones en cuanto a que se trata de una inversión bursátil, pero no tanto en cuanto a que estas inversiones se pueden retirar en cualquier momento (no en el caso de los planes de pensiones, salvo excepciones) y que no hay ventajas fiscales. Si buscamos otra rentabilidad con beneficios fiscales (dependiendo de una serie de factores), quizá el ahorro lo encontremos en los Planes Individuales de Ahorro Sistemático (conocidos como PIAS). Finalmente, en materia bancaria, los fondos de inversión son otra idea que permite ahorrar con vistas a la jubilación. Conviene conocer que durante el tiempo que se tengan contratados estos planes de ahorro se está exento de tributaciones, pero que llegado el momento de retirar los beneficios, coincidiendo con la jubilación, habrá que declararlos en nuestra renta.
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