Sentarse a la mesa a comer no solo responde a la necesidad de ingerir alimentos para que el organismo cumpla sus funciones. Se trata también de un acto cultural, de amor, familiaridad y una manera de compartir un grato momento con la familia y los amigos e intercambiar una buena conversación. Es el momento perfecto para que padres e hijos hablen del transcurrir de sus días.
Sin embargo, la vida moderna y las múltiples responsabilidades de los miembros de la familia y los amigos hacen más difícil elaborar grandes comidas. El tiempo apremia, pero no es excusa para comer mal y no llevar una dieta balanceada y nutritiva. Estas son recetas fáciles para hacer en un santiamén.
Índice
Sopa de fideos
La sopa de fideo es tal vez la preparación más común en el mundo. Desde México a la Argentina y de Italia a Corea del Sur, hay una variante de caldo con pasta fina, bien sea elaborada de trigo o de arroz.
Se puede elaborar un caldo base con pollo, carne o vegetales, apio España, cebollín, un trozo de pimiento, zanahoria y patatas, colar y reservar. Este puede incluso congelarse en porciones para usar posteriormente.
Después solo basta descongelar el caldo y añadirle trocitos de vegetales diversos; cocinar aparte los fideos y servir en tazones con trozos de pollo o carne o queso mozzarella en cuadritos. Para los intolerantes al gluten pueden usar fideos de arroz o con granos de arroz.
Tostadas del rey
Esta receta es sumamente sencilla y rápida. Pero, alta en nutrientes, baja en calorías y deliciosa. Se escurre un atún en lata y se desmenuza. Se pican muy finamente o en brunoise ciboulette, tomates y aguacate y se mezcla con el atún.
El aderezo se hace con yogurt griego (o mayonesa), jugo de limón, sal y pimienta. Debe quedar como una crema ni muy espesa, ni muy líquida. Se añade a la pasta de atún con vegetales.
Sobre rebanadas de pan integral levemente tostadas se colocan hojas de lechuga y una o dos cucharadas de la crema de atún y se sirve.
Para los que no son amantes del pescado, el atún puede sustituirse por pollo cocido o a la parrilla, jamón de pavo e, incluso, trocitos finos de queso mozzarella o cheddar.
Croquetas de berenjena
Los vegetarianos verán en esta preparación la gloria. Se pelan las berenjenas y se cortan en finos cubos que se ponen en agua con sal por una hora. Tras esto se escurren, enjuagan y se meten al microondas hasta que ablanden.
Las berenjenas se trituran con un tenedor y se le añade cebolla y perejil picados en brunoise, zanahoria rallada, queso parmesano, huevos, pan rallado, sal y pimienta. La consistencia debe ser firme, pero no reseca.
Se forman bolitas que se untan con solo un toque de mantequilla y se llevan al horno hasta que doren. También se pueden freír, pero tendrían más grasa y calorías.
Vegetales asiáticos con pollo o gambas
Antes que nada, se marinan, por al menos una hora, los trozos de pechuga de pollo o las gambas en ajo triturado, jengibre, salsa de soja y zumo de limón.
Aparte se calienta aceite en un wok o caldero y se añaden picados en tiritas) cebollas, pimientos rojos y verdes, zanahorias, tallos de apio España y trocitos de jengibre (también se puede usar deshidratado en polvo).
Cuando estén cocidos, pero firmes se le agrega col o repollo picado finamente, brotes de soja, una cucharadita de canela, ajinomoto (glutamato monosódico), pimienta (de preferencia de cayena o roja) y suficiente salsa de soja. Se deja en el fuego alto tan solo unos 5 u 8 minutos.
Si se va añadir gambas se le agregan y se dejan solo 4 minutos más o hasta que estas estén rosadas. Si se prepara con pollo este debe asarse en una sartén aparte y al estar dorado se añade al repollo.
Se sirve en porciones acompañado de arroz blanco y se puede espolvorear con una mezcla de cilantro y ciboulette finamente picados. En el centro de la mesa se pone una fuente con salsa agridulce para que cada comensal se sirva al gusto.